LOS
CONSAGRADOS (ORDEN SAGRADO).
Nuestra Iglesia católica
como ya se ha dicho tiene un orden o jerarquía con la cual la iglesia, cuerpo
de Cristo, peregrina con sus distintas funciones hacia la Jerusalén celestial.
El Orden sagrado es el sacramento que reciben los hombres para pastorear al
pueblo de Dios, ya que si bien es cierto entran en un nivel superior que los
laicos (porque como laicos tenían el sacerdocio común y pasan a tener el
sacerdocio ministerial de Cristo por la
consagración) no les son indiferentes, puesto que su orden es para acompañar a
su pueblo, pues son hombres sacados de entres los hombres (Hb 5, 1-2).
El orden sagrado es el sacramento gracias al cual la misión
confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta
el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico.
Comprende tres grados: el episcopado, el
presbiterado y el diaconado (CigC 1536).
El ministerio de los Obispos, ocupa un lugar preponderante, pues
por medio de una sucesión apostólica, que existe desde el principio, son los
que transmiten la semilla apostólica. Los primeros apóstoles, después de
recibir al Espíritu Santo en Pentecostés, comunicaron el don espiritual que
habían recibido a sus colaboradores, mediante la “imposición de manos”.
Ya enseña el Concilio vaticano II que este ministerio del episcopado
es la cumbre del ministerio sagrado ya que por la consagración episcopal se
recibe la plenitud del sacramento del Orden.
Su poder para consagrar no está sobre la de los presbíteros, pero
sí tienen otros poderes que los sacerdotes no tienen, como son:
- El poder de administrar el sacramento del Orden y de la Confirmación.
- Son los que normalmente bendicen los óleos que se utilizan en los diferentes sacramentos.
- También poseen el poder de predicar en cualquier lugar.
- Normalmente, el Obispo tiene el gobierno de una diócesis o Iglesia local.
- Es quien dicta las normas en su diócesis sobre los seminarios, la predicación, la liturgia, la pastoral, etc.
- Son los encargados de otorgar a los presbíteros el poder de predicar la palabra de Dios y de regir sobre los fieles.
Los
presbíteros (palabra que viene del griego y significa
anciano) no poseen la plenitud del Orden y están sujetos a la autoridad del
Obispo del lugar para ejercer su potestad. Sin embargo, tienen los poderes de:
- Consagrar el pan y el vino.
- Perdonar los pecados.
- Ayudar a los fieles, transmitiendo la doctrina de la Iglesia y con obras.
- Pueden administrar cualquier sacramento en el cual el ministro no sea un Obispo.
Los diáconos significa servidor. Son los que se les imponen las manos “para
realizar un servicio, y no para ejercer el sacerdocio”. Es el grado inferior de esta jerarquía. A
ellos les corresponde:
- Asistir al Obispo y a los presbíteros en diferentes celebraciones.
- En la distribución de la Eucaristía, llevando la comunión a los moribundos.
- Asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, cuando no haya sacerdote.
- Proclamar el Evangelio.
- Administrar el Bautismo solemne.
- Dar la bendición con el Santísimo.
El orden sagrado es un verdadero y propio sacramento, instituido
por Cristo en la última cena.
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